Statement por Irati Inoriza (2018)

Take your broken heart, make it into art está formado por seis performances que responden
desde el movimiento físico al concepto de contacto, respiración, desplazamiento, espejo,
equilibrio y voz. ¿Cómo percibimos el cuerpo del otrx? ¿Existe la capacidad real de ponernos
en la posición del otrx? Ejercicios de Empatía.

Dentro del mar de información constante en el que vivimos, las experiencias a nivel individual y
colectivo quedan registradas dentro de una dimensión de comunicación y narración donde los
cuerpos se yuxtaponen incesantemente. ¿Dónde comienza mi experiencia y dónde acaba la
tuya? ¿Pero acaso estamos viviendo la misma situación? Partimos de percepciones ante otrxs.

En nuestras redes de comunicación e información no existe un balance ético, que intervenga
para ordenar las imágenes según las diferentes cotidianidades que se experiencian. El flujo de
contenido está diseñado de una manera lineal, al igual que se sigue escribiendo la historia.

Creamos una narratividad donde la sensibilidad hacia los hechos queda en un lugar
secundario, muy cuestionable. Ponemos en dialéctica registros de acontecimientos que quedan
muy lejos de una sensibilidad hacia las historias personales. Sin embargo, muchas de las
veces decimos que empatizamos con lo ocurrido, que aquello que ha vivido el otro nos
interpela y afecta. Muchas veces nos atrevemos a poner voz y cuerpo a esa experiencia del
otrx. ¿Hasta dónde somos capaces de ser afectadxs por las imágenes del otro? Los
movimientos se convierten en formas que nos afectan.

Cuando aquello que percibimos que le ocurre al otrx, nos (con)mueve, el cuerpo siente un
impulso, un palpitar. Existen muchos ejercicios físicos creados en el devenir de la humanidad
para intentar estar y ser parte del otrx. Donde la empatía se incorpora. También surge un
espacio-tiempo donde sentir una conexión no tecnológica y sí física o mental con el otrx.
Corporeizamos las experiencias del otrx.

“Empatía es una palabra demasiado bonita para abandonarla ante cualquier hostilidad”, escribe
Harun Farocki 1 , y añade: “Una combinación de Eindringen (penetrar) y Mitfühlem (simpatizar).
Una simpatía un tanto agresiva.” Farocki nos propone la empatía como un "efecto de
alienación". ¿Pero dónde quedarían entonces las entidades propias que se construyen desde
las experiencias que vivimos y nos formalizan entre otrxs? Sustituyamos nuestra realidad en
otrx.

La frase que Meryl Streep manifestó en los globos de oro de 2017: “take your broken heart,
make it into art”. Se convirtió en un eslogan que anuncia: coge y transforma, vive y reconvierte,
cambia, visibiliza, da cuenta, palpita. Crea un espacio posible con otrx.

Esta frase, que es mencionada dentro de un contexto muy específico, intentando responder a
una situación de alerta social más global, pudiendo interpretarse de muchísimas maneras, lo
sé. Procuremos dejar a un lado el contexto concreto, que en realidad pesa tanto, y hagamos el
ejercicio de llegar a la esencia de la frase. En ella palpitamos con cada persona, compartimos
la persona, participamos en la realidad objetiva que la afecta. Convertimos al arte en una
herramienta de comunicación y conocimiento. Concibamos artefactos para movilizarnos con
otrxs.

Llegar a transformar lo intangible en háptica historia, en la que la singularidad de cada cuerpo
es materializada en piezas sensitivas y afectivas. Nuestra atención es editada y montada en
piezas reales que han de vivir y vivificarse en el tiempo, sin alienaciones totalitarias,
proyectemos las ramificaciones posibles. La empatía cognitiva nos hace traducir las
experiencias corporeizadas. La empatía emocional origina la toma de posicionamiento
sensitivo. Porque las corporeidades rotas son convertidas en cuanto podrían ser: Latidos
compartidos.

1. Farocki, Harun (2016). Otro tipo de Empatía, Fundació Antoni Tàpies, pp. 104-105.